Hollande pretende plantear una salida alternativa a la
crisis. Es progresista, cree en el crecimiento y la inversión y
tiene que tragar con los recortes. Sin embargo, los progresistas
españoles solo plantean a día de hoy una alternativa real: NO. A
todo lo que haga el gobierno ellos dicen no. Es verdad que se
plantean muchas posibles soluciones, pero son tan parciales y
casuísticas, amen de poco trabajadas en su mayoría, que no suponen
una alternativa real. De hecho, de igual manera que le sucedía a los
conservadores en oposición, estoy seguro que si se pusieran todas en
marcha presenciaríamos una hecatombe del sistema, un colapso o algo
peor.
Zapatero ha cometido muchos errores, pero durante su
periodo de oposición y su primera legislatura no lo hizo tan mal. De
hecho intentó imponer un tipo de oposición bastante acertado. Esa
oposición constructiva debería haberse integrado en el ADN
socialista. Pero como podemos comprobar en el Parlamento y en las
redes sociales, los socialistas están ejerciendo una oposición
destructiva.
Hoy parece ser que el principal problema es el
económico, ahora me centraré en él. Pero se nos está olvidando
que hay otros temas de los que la política se tiene que preocupar.
Sin duda uno de los más preocupantes es el Medio Ambiente. Puede que
sea difícil vivir sin dinero, pero imaginaos como sería la vida sin
recursos naturales. También son problemas de hoy la solidaridad y la
diferencia entre el mundo pobre y el mundo rico. Gran parte de culpa
es nuestra, de los colonizadores y los neo-colonizadores que han
explotado los recursos de países que hoy los necesitan y lo están
pasando mal, después nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos
expropian.
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En un plano más puramente político hallamos un
problema gravísimo, que ya hoy es difícil de solucionar pero que
puede explotarnos en las manos en un futuro cercano. Nuestro sistema
tiene dos agujeros. Por un lado y más inminente, nuestra
constitución se está quedando obsoleta y no hay capacidad real por
parte de los políticos de revisarla. Si no son capaces de ponerse de
acuerdo en puntos no transcendentales, imaginaos en puntos vitales
como el del otro agujero. Ese otro es la falta de democracia. De
amplio espectro, desde la forma de jefatura de Estado en la que no
podemos decidir, el pueblo, y que depende del linaje, de la herencia,
hasta la falta de legitimidad de algunos órganos, como el gobierno
judicial. Vemos el problema que se plantea en las renovaciones, como
sucede en el Tribunal Cosntitucional.
Hay más, pero enlazando el problema económico con la
falta alternativas, me atrevo a dar algunas directrices que creo
fundamentales.
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- Deuda: si el Estado tiene deuda se convierte en dependiente. Ahora se plantea reforzar el sistema bancario para evitar futuras crisis, pero las crisis no suelen darse en el mismo punto. Cualquiera que sea su origen, está comprobado que un Estado la capeará mejor si no es dependiente, como el caso español. No hay que confundir con autarquía y encerramiento patrio, sino con capacidad.
- Recursos: encontrar una alternativa energética, diversificar la producción y hacerla más eficiente... Son conceptos en los que se debería centrar nuestro Estado.
- Regulación de los mercados: los mercados, hoy tildados de malignos, lo son por falta de regulación. Si dejamos que un grupo inversor controle a su antojo nuestra economía es fácil que lo termine haciendo.
- Gastar menos de lo que ganas: la deuda se debería de utilizar solo para grandes inversiones y no como una fuente de ingresos habitual.
- Eficiencia: para lograrla no basta con trabajar más por menos salario o recortar y recortar has no dejar nada. Para lograrla es fundamental la inversión en I+D+i. Aunque no solo hay que invertir, como no, hay que rentabilizar. Si no logramos que esa inversión de frutos no servirá de nada.
- Premiar el trabajo, el esfuerzo y la consecución de objetivos: errada es la reforma del sistema de becas en este sentido. Aunque a priori se fundamente en conseguir mejores estudiantes lo único que conseguirá es que solo haya estudiantes con posibles. Las becas procuran que todos podamos estudiar, sin importar cuál sea nuestra situación financiera. Si lo que quieres conseguir es aumentar la calidad lo primero que has de afrontar es cambios sistemáticos. Puedes establecer, por ejemplo, un sistema de evaluación más eficaz. Y si quieres premiar a los mejores estudiantes lo que puedes hacer es ofrecer incentivos, no solo pueden ser económicos, también pueden ser laborales, académicos o sociales.
Puede que estas no sean correctas, pero considero
fundamental dar un primer paso y dejar de poner trabas. No defiendo
la política actual del Gobierno, ni yo ni Monti, pero la solución
no viene de entorpecer sino de ofrecer.
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