jueves, 12 de abril de 2012

Más democracia, por favor.


Hoy en día, en Europa, con lo Gobiernos “tecnocráticos”, parece que la ineptitud de los políticos puede tener una solución en la creación de Gobiernos formados por profesionales con experiencia en el sector. A mi parecer esta solución es un error. Primero por que no se plantea desde una óptica adecuada: la experiencia en el sector no es garantía suficiente para creer que va a llevar a cabo una buena gestión. No hay que pensar más que en nuestro Ministro de Economía, Luis de Guindos, para verificar esta aseveración. ¿Cómo puede sacarnos de una crisis provocada por los mercados un mercenario de los mercados que no se retracta de su pasado sino que sigue el mismo camino desde el poder político?

Por otro lado, creo que no son la solución adecuada por que son gobiernos antidemocráticos. La democracia es imperfecta, sí, pero tenemos que profundizar en ella, no destruirla. Para empezar, democracia significa poder del pueblo. Para que ese poder se haga efectivo se necesita una o varias herramientas que traduzcan el sentir del pueblo. Parece lógico pensar, que un Gobierno formado sin la autorización de ese pueblo, puede ser cualquier cosa, pero no será democrático.

Para seguir mejorando nuestra democracia es fundamental encontrar nuevas vías de profundización. Como también es fundamental la participación de todos. Y no me refiero a ejercer nuestro derecho a voto. Tenemos que ir más allá. Tenemos que participar, de cualquier forma. Seguro que hay nuevas formas de participación todavía por descubrir. Aunque ni mucho menos es excusa esta afirmación para no participar. Hoy día son muchas las formas, más o menos eficaces, de participar. Desde participar en un partido político o asociación hasta expresar nuestra opinión hay una amplia gama o surtido de herramientas.

Otro elemento fundamental para lograr esa profundización y hacer más eficiente la participación es tener información. La mayoría de la información cotidiana la recibimos a través de los medios de comunicación. Pero hay muy pocos que nos sean realmente útiles, la mayoría están muy politizados. Por eso hoy se afirma que el éxito de Twitter radica en la sed de información de la sociedad. Pero la información que necesitamos también está en los libros. Un ejemplo: para ejercer una participación positiva y alienante en un partido, es fundamental conocer nuestro sistema político y la forma de organización de la agrupación en concreto.

Todo esto es algo ya machacado en este blog y este artículo no sería mínimamente interesante si no aportase algo nuevo. Esa es la esencia del mismo. Por eso me gustaría proponer que, con el afán de profundizar en la democratización, pensáramos en lo positivo que sería aumentar las posibilidades de elección directa de los ciudadanos.

No me refiero solo ha que hubiese más decisiones políticas, judiciales y legislativas en las que se nos diese la posibilidad de expresar nuestra opinión mediante consulta popular. Cosa, por otra parte, bastante necesaria y plausible, máxime teniendo en cuenta los avances tecnológicos de nuestros días. Sino en la posibilidad de elegir a más componentes de los órganos importantes de poder. Es un engaño pensar que en las pasadas elecciones elegimos al futuro Presidente. ¿No veis que los están eligiendo los representantes de PSOE-A e IU? Representantes que no han sido votados, por lo menos Griñán, por los propios militantes de sus partidos sino, como diría un ex-diputado socialista, por una mesa camilla.

En consecuencia, creo, que será un signo de avance cuando votemos directamente al poder ejecutivo, así como también al Gobierno de los Jueces (Consejo General del Poder Judicial). Pero tenemos que ir más allá. Propongo que además algún día podamos votar a los miembros del Tribunal de Cuentas, del Tribunal Constitucional, del Consejo de Estado, del Consejo Consultivo...

http://www.hotellascortes.com
Y no caigamos en el error de tener miedo de nuestras decisiones. Cojamos las riendas de nuestro destino. Que no nos engañen a través del miedo, como quieren hacer ahora con la crisis.

Ahora para cerrar no me queda más que ponerme la capa de adivino y decir que este será nuestro futuro, total, no pierdo nada. Si me equivoco nadie lo recordará (si lo hace alguien ya buscaré una excusa) y si pasa podré darme el absurdo (en mi opinión absurdo) gustazo de decir: ¡Si YA lo decía YO!

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