República: ¿forma o símbolo?

Hoy es el aniversario de la II República. Además coincide con un tiempo pre-revolucionario provocado por el miedo y la inoperancia de los Gobiernos. Y para colmo ha caído el Rey de España. Sí, por que aunque podamos vivir más o menos bien, ahora menos, somos súbditos, cosa que no hay que olvidar. Por que será una figura simbólica, pero ninguno de nosotros podremos ser nunca Jefes de nuestro Estado.

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Tarde o temprano nuestro Estado acogerá la forma de República Federal, que es la que más le convine. Lo que pasa es que en España somos de hacer las cosas tarde, luego. Federal debería ser por la diversidad española, una federación eficiente, por supuesto.

Pero por el día que es hoy deberíamos debatir porqué sería más conveniente adoptar la forma republicana o porqué deberíamos seguir con la monarquía parlamentaria.

Adoptar la forma republicana en España supondría un cambio insignificante que seguramente lo cambiaría todo. El coste económica quizás fuese mayor y muchos grandes empresarios perdería influencia en Oriente-Medio si el Rey dejase de ser Jefe de Estado y convenciera a sus amigos jeques (jeques que como el son Jefes de Estado y que no respetan los derechos humanos ni creen en la democracia). Pero yo creo que merece la pena. El Estado debe ser un punto de encuentro y organizarse de manera que todas la opiniones sean escuchadas y tengan la oportunidad de acceder al poder.

La República lo garantiza, desde luego, y cualquier planteamiento teórico se decantaría del lado republicana. Pero “Spain is diferent”, ya lo decía Fraga. Aquí las cosas no son tan sencilla, no gusta complicarlas, nos gusta el confrontamiento. Creamos símbolos que poco a poco vaciamos de contenido y nos escondemos tras de ellos, con los ojos cerrados para enfrentarnos en feroz batalla al enemigo.

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Ejemplos de esto tenemos todos los días. El mayor espectáculo, el fútbol, hace, por ejemplo, que un madridista (español) anime a un equipo londinese en las semifinales de una competición europea. Pero no hace falta acudir al circo, ya que ese ejemplo, por desgracia, lo sufrimos a diario nuestro Congreso, en los parlamentos, en los Plenos de los Ayuntamiento... Perdón por haceros pensar que iba a dejar de hablar del circo.

En la política actual no se actúa en cuestiones fundamentales por que los dos grandes partidos políticos prefieren hacer las cosas a su manera exclusiva y tirar los trastos al oponente para en los siguientes comicios arañarle un trocito de poder.

Por eso algún día, cercano, comprobaremos de una forma desagradable como nuestra Constitución está obsoleta. Y por eso, la República, es un tabú político. El PSOE, de los dos grandes el único que debería defenderla, no se atreve, a pesar de ser un partido repúblicano, ni a plantear debates internos de como conseguir que España adquiera forma republicana, por miedo a perder votos, cayendo así en una actitud hipócrita en la que vendes tu alma por un puñado de votos con la excusa de expandir el socialismo a través de la ocupación del poder. Sin darse cuenta de que si ocupan el poder y no difunden las ideas socialistas para no perder votos, caes en una espiral que no tiene salida.

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Por eso, el mayor obstáculo que tiene hoy día la República es que significa enfrentamiento. La tricolor (preciosa y, por otra parte, más bonita que la actual) provoca que inmediatamente pensemos en el aguilucho (desde aquí reclamo que la izquierda adopte como símbolo el águila, animal precioso). Así, en lugar de un sano debate sobre la forma de Estado, toda comunicación se tornará en discusión violenta.

Propongo: que todos los que creemos que la república es una forma de Estado más conveniente olvidemos los símbolos que la representan y comencemos la construcción de un Estado republicano a través de la pura elaboración teórica, pensando en todos, y la ejecución en la práctica mediante acciones que fomenten un cambio paulatino, asimilable y duradero.