lunes, 5 de marzo de 2012

“Power Balance”


Evidentemente no voy a hablar de la dichosa pulsera, que parece ser era una estafa. En realidad voy hacer mención de la democracia española, aunque usando una denominación que en inglés no significa nada, tampoco en español, pero que puede ser ilustrativa.

Ya he dicho muchas veces que la democracia española necesita madurar, hacerse más justa. Uno de sus mayores males, precisamente, es el equilibrio entre los poderes. Mejor no entremos siquiera en el desbarajuste entre los órganos constitucionales.

Para que una democracia sea justa necesita que los poderes en que está dividida, ejecutivo legislativo y judicial, se controlen de una forma eficiente e igualitaria entre ellos. Esto es necesario por que no hay poderes superiores. Ha de ser así para que no se produzcan decisiones injustas o arbitrarias.

Pero en España estamos muy lejos de conseguirlo. Hoy, la división de poderes en España se podría resumir de la siguiente forma: Gobierno y oposición. Esto sucede, entre otras cosas, por que el Gobierno no es controlado por nadie. Viendo noticias como estas: http://internacional.elpais.com/internacional/2012/03/05/actualidad/1330943521_667877.html referentes a Islandia, a uno le entra una motivación extra para seguir intentando cambiar las cosas.

Bajo mi punto de vista lo ideal sería que los tres poderes fuesen independientes, como primer paso. En España no lo son, es más que evidente. El legislativo y el ejecutivo españoles se podrían considerar como uno solo. De hecho, aunque creamos lo contrario, nosotros no votamos al Presidente del Gobierno, solo al parlamento. El parlamento es el que decide quién será el Presidente del ejecutivo. Tampoco elegimos a los representantes del Poder Judicial. Por tanto la soberanía llega a esos poderes tan adulterada que podría ser nociva para la salud de cualquier democracia.

Yo propondría que los dirigentes o responsables máximos de cada uno de los poderes fuesen elegidos directamente por el pueblo, del que emana la soberanía del Estado español.

Por otra parte pienso que lo ideal sería establecer un sistema de control por el que cada poder pudiera controlar a los otros dos de una manera justa. Pero, ¿quién controla al Gobierno? El legislativo poco puede hacer sabiendo que es controlado por el partido que ostenta el gobierno. El judicial, salvo excepciones puntuales, tampoco puede hacer efectiva la responsabilidad de los gobernantes.

Supongo que lo justo sería, cuando menos, que el poder judicial pudiera controlar al Gobierno y que se encargara de dilucidar las posibles responsabilidades en que recayese su actuación. Y de la misma forma tener las herramientas para, que sin la presión de ningún grupo político, decidir sobre la legalidad y constitucionalidad de las normas emanadas del poder legislativo.

El legislativo establecería su control mediante la aprobación de leyes que corrigieran posibles comportamiento negligentes, de forma que ningún juez o ministro tuvieran un marco legal que les permitiese actuar de forma fraudulenta.

En último lugar el ejecutivo, podría ejercer su control mediante la convocatoria de elecciones al Parlamento y al poder judicial mediante el Ministerio Fiscal.

En conclusión podemos acordar que nos queda mucho por avanzar en nuestra democracia, por hacerla madurar. Pero sin duda no lo conseguiremos viendo “Sálvame”, lo conseguiremos pensando, siendo libres, estudiando, trabajando, hablando, asociándonos, protestando, criticando, leyendo, siendo solidarios, buscando la justicia y, ante todo, teniendo claro que, todos, somos iguales.

1 comentario:

  1. Magnifica reflexión, estoy totalmente de acuerdo, cosa que no puedo decir de otros artículos, pero eso es lo bueno de la "Democracia".

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