En momentos como los actuales muchas instituciones están
recibiendo aluviones de críticas. Desde las instituciones políticas,
a las asociaciones mercantiles pasando, como no, por los partidos
políticos. Eso nos hace pensar a cerca de ese instituto tan antiguo
como es la crítica. Critica proviene del latín criticus y del
griego kritikós (*) y significa “capaz de discernir”. Similar a
tener juicio propio, en definitiva, pensar.
Y discernir es fundamental para mejorar. Para mejorarlo
todo, desde software que usemos en nuestro ordenador hasta a un
partido político. Si somos capaces de encajar (nunca mejor dicho)
las criticas seremos capaces de pensarlas, de integrarlas y por tanto
de ser mejores personas. Y si son buenas, para todo, ¿cómo no lo
van a ser para ayudar a un partido político a ser mejor?
Desde la experiencia personal puedo decir que el que
critica en un partido político el cómo se hacen las cosas, suele
acabar mal. Pero analicemos dos aspectos de estos kritikones. Uno es
la forma de hacer una crítica. Si, como hemos dicho, la crítica
sirve para mejorar, su finalidad es hacernos capaces de discernir,
todo argumento que se lance con la forma de crítica no será una
crítica. Por tanto solo lo será aquella que ayude a mejorar. Pero
como cada cual es capaz de aducir una razón de por qué su alocución
ha de ser considerada como tal, tendremos que buscar más allá. Así
habremos de considerar como crítica aquel razonamiento que en el
fondo nos haga pensar; sensu contrario, todo aquel que no sirva más
que para provocar enfado o crispación o no pase de ser una mera
burla no podrá ser considerado como crítica jamás.
Por otro lado, también es importante el aspecto
temporal. Del cuándo depende que pueda considerarse como tal o no.
Si una aseveración es lanzada en un momento en el que no puede
servir de ayuda, no nos puede hacer pensar o no va a ayudarnos a
discernir, esa aseveración será cualquier otra cosa menos una
crítica. De hecho, lo más probable es que su finalidad sea la
venganza o la mofa.
Una vez establecidas estas premisas podemos decir
abiertamente que la crítica es positiva, constructiva y, en
definitiva, fundamental para cualquier ser vivo que se desarrolle y
quiera adaptarse a las circunstancias. ¿O es que acaso nosotros no
somos nosotros y nuestras circunstancias? Ya lo dijeron aquellos
famosos filósofos: Ortega y Gasset (es que yo soy LOGSE).
Por eso creo que es fundamental, para ser un elemento
valioso de nuestro entorno, ser capaces, tanto de realizar críticas
(podríamos decir positivas, pero sería una mentira ya que como
hemos establecido las críticas nunca pueden ser negativas, de
considerarse así tendríamos que calificarlas como de otra cosa) que
enriquezcan nuestro entorno (político, económico, familiar...) como
a los que nos rodean. Como ser capaces de utilizar las críticas que
nos den de una forma correcta (para ayudarnos a ser un poquito, o
mucho, mejores).
Y
como decía antes, ésto, en un partido político de izquierdas es
fundamental. Es su combustible, aunque los dirigentes de ese partido,
o los que ostente el poder, las odien y quieran eliminarlas. Por eso
es importante revisar la parte del sistema referida a este aspecto.
Ese análisis nos puede llevar a resultados sorprendentes. Por
ejemplo, el otro día, Javier Arenas, dijo que su partido está
anquilosado y que no es capaz de razonar. Sí, parece sorprendente,
pero así lo dijo al referirse al modo a como están preparando las
elecciones
(http://www.larazon.es/noticia/8202-el-pp-saca-redito-de-la-crisis-socialista-arenas-presume-de-un-partido-solido).
Acercando el análisis a la situación del Partido
Socialista de Andalucía, encontramos una situación cuando menos
curiosa. Estos días en los medio no hemos dejado de escuchar como el
sector que apoyó a Carmen Chacón o “los chaconistas”, poseen el
adjetivo del sector crítico. Pero contrastando el significado de
crítica con su actitud, yo creo, que no pasan de ser el sector de
moda.
Me explico. Criticar es discernir, pensar, mejorar. Su
actitud parece avocada a colocarse en el poder para después ayudar a
discernir, mejorar. Pero creo que el único objetivo o fin que tienen
es el que se supone que es el medio: alcanzar el poder. Y, es que,
¿no se puede ayudar a ser capaz de discernir sin ostentar el poder?
Yo creo que sí, por eso si alguien no intenta ayudar a mejorar sin
considerar que es imprescindible alcanzar el poder, en el marco de un
partido político de izquierdas donde se supone que todos somos
iguales, en realidad no quiere ayudar a mejorar, quiere alcanzar el
poder.
Eso mismo ocurre con el postulado socialista que dice
que es imprescindible ostentar el poder en las instituciones públicas
del Estado (en sentido amplio) para hacer una sociedad más justa.
Ese postulado era válido en un Estado diferente, pero si existiese
un sistema justo, igualitario y democrático, no sería necesario
ostentar el poder. Bueno pero eso es parte ya de otro artículo.
Muchas gracias por tu atención.
(*) (Del lat. “criticus” y éste del gr. κριτικός
“kritikós” – “capaz de discernir”, proveniente del verbo
κρίνειν “krínein” – “separar, decidir, juzgar”, de
raíz indoeuropea *krei- “cribar, discriminar, distinguir” y
emparentado con el lat. “cerno” – “separar” (cf.
“dis-cernir”), “cribrum” – “criba” y “crimen” –
“juicio, acusación” ). Fuente: “Etimología de la lengua
española: definiciones sobre el origen del léxico castellano o
español (http://etimologia.wordpress.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario